Habían pasado ya tres meses desde que Helen partiera de su lado, y aun James no podía dejar de lado esa tristeza que lo estaba consumiendo.
Cada noche sobre la cama miraba al techo pensando en ella, al amanecer y mirarse al espejo lo primero que le venía a la mente era su sonrisa. Los días iban pasando lento para él pero ya no desesperaba como al principio, ya no maldecía, ya no lloraba, ahora todo lo que sentía lo escribía en un pequeño diario que había comprado por recomendación de Esperanza su hermana quien le dijo que le ayudaría, y aunque él no sentía que lo ayudara a calmar su pena por el abandono de Helen al menos sentía que así se desahogaba un poco.
Esa noche al regresar a casa James noto que la tinta se le había terminado, y decidió salir a la mercería aunque era ya muy tarde, camino sin prisa, nadie le esperaba y nadie preguntaría a donde iba o a qué hora regresaba.
El entrar a la mercería se dio cuenta que el tendero estaba ocupado con una dama que le pareció familiar y su corazón se aceleró al percibir ese aroma tan conocido por él….
©VidaMía Santi
1 comentario:
yo esperando mas de la historia y es poquito para mis ansias de saber mas claro...
Pero me encanta!
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